La luz desempeña un papel esencial en nuestra comprensión del universo. Más allá de su significado físico, a lo largo de la historia ha simbolizado la esperanza en la oscuridad, la claridad en la confusión y la verdad en la incertidumbre. Está inevitablemente asociada a la educación, ya que al igual que la luz ilumina una habitación oscura, el conocimiento y la educación pueden iluminar las mentes, convirtiéndose en una fuerza fundamental de nuestro mundo humano.
En estos tiempos acelerados e hiperestimulados, los educadores buscan continuamente innovar y actualizar sus métodos para adaptarse a un mundo en constante evolución. Y qué mejor si estos nuevos métodos desafían a los estudiantes a pensar de forma crítica, cuestionar, colaborar y generar nuevas ideas, permitiéndoles explorar su entorno de forma más consciente y reflexiva.
A lo largo de 2023, junto a la comunidad educativa de la Escuela Nº 131 de Lagunillas del Farallón, en la Provincia de Jujuy, Argentina, se implementó un plan especial donde se co-crearon actividades, desarrollando con éxito actividades divertidas, enriquecedoras y a la vez desafiantes. A fin de año, nos enfrentamos a lo que para nosotros era un desafío importante: organizar una actividad al aire libre con más de 40 niños de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. Nos preocupaba la gestión del grupo, garantizar que todos los niños se sintieran apoyados durante la actividad y, lo más importante, que se divirtieran en contacto con la naturaleza. Cuando empezó la actividad y vimos la imagen de más de 40 niños corriendo hacia la laguna cercana al pueblo, nos sentimos abrumados, pero al llegar ocurrió algo extraordinario. Los niños se organizaron en grupos y empezaron a observar cada pequeño detalle del ecosistema en el que nos encontrábamos. Verlos asombrarse por cada minúsculo detalle -desde un insecto hasta los nidos de pájaros cerca de la laguna- nos llenó de alegría y, a partir de ese momento, todo fue disfrute y aprendizaje.